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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

martes, agosto 12, 2008

Paranoia o simplemente dejadez en el pensar


Acabo de leer en el País este artículo y como vengo calentita por algo que me pasó el miércoles en el aeropuerto, me viene al pelo para comentarlo.

Como sospechaba, no soy la única mente calenturienta a la que se le han ocurrido doscientas quince maneras de burlar los controles de seguridad que lo único que parecen conseguir es doblar el tiempo de embarque (gracias al cielo, porque pensaba que lo mío era del género gore: eso es porque Superman me repite día y noche que mi interés por los programas que él llama de "higadillos" no puede ser sano y claro, una está convencida de que en realidad tiene mentalidad de psicópata... en realidad, todo el tema de la relación de la Superfamilia con la violencia da para un post entero, así que dejemos aquí esta reflexión). Dejémoslo en que mis dos Superenanos son para el vuelo y el pasaje bastante más peligrosos de lo que pudiera ser el agua de una botellita de Font Vella.

No quiero decir con esto que las medidas de seguridad aeropuertuarias tendrían que relajarse. Ahí tenemos sin ir más lejos lo que pasó en Lockerbie en los años 80. Pero señores, no es ni tanto, ni tan calvo. Escanear con precaución el equipaje, tanto de mano como el que va a ir en la bodega no es lo mismo que no permitir embarcar a los pasajeros ni una tijera roma. Por no mencionar que el que quiera saltarse el control, va a encontrar los medios para lograrlo (cualquiera con un mínimo interés por la cocina sabe que existen unos cuchillos monísimos de cerámica, que no pitan en el arco de seguridad y que te pueden ayudar a hacer sushi de azafata en menos de doce segundos). La famosa normativa del control de líquidos a bordo me parece tan simiesca como ese rumor que corre de que al entrar en los EEUU te hacen firmar en un documento que no eres un terrorista dispuesto a atacar en su faneguita de tierra (y lo llamo rumor porque yo aún no he tenido la experiencia vital de visitar Yankilandia y me niego a creer que sean tan simples como los pintan). En fin, que si por algo se han caracterizado los atentados terroristas de todos los tiempos, es por aprovechar al máximo justo los huecos de seguridad enormes que se están dejando (no es necesario ir al detalle, antes del 11S se podía embarcar uno en un vuelo interno en EEUU con sólo tener un billete... eso es lo verdaderamente peligroso).

A lo que iba: en realidad, creo que todas estas normas están fundadas en una especie de marco de denegación de la responsabilidad personal. Como no me fio de que el guarda de seguridad de la puerta tenga la autonomía y la lucidez suficiente para controlar realmente lo que puede ser un peligro, fuera todos los líquidos, o todas las tijeras, aunque sean las de los Supernenes para hacer collage...

Y así llegamos a la anécdota que no nos ocurrió en el control de seguridad sino en el mostrador de embarque de Easy Jet, compañía para la que salvando este tema sólo tengo palabras buenas, sobre todo porque han subsanado ya el tema en su página web (imagino que no hemos sido los únicos) y no le ocurrirá a nadie más en vuelos futuros. Como la Superfamilia está compuesta por cuatro personas, tendría derecho a facturar hasta cuatro bultos, pero dado que somos sólo dos adultos para cargarlas y además si facturas menos maletas hay descuento, decidimos llevar tres. Antes de pagar el billete, me cercioré de que en ningún caso se renunciaba a llevar el máximo del peso permitido por pasajero (que en el caso de Easy Jet son 20 kilos por pasajero). Pues fue que no. En total, nuestras maletas no sobrepasaban el peso previsto, pero al sobrepasar una de las maletas los 20 kilos (y sólo ligeramente, pesaba 23), la niña del embarque tuvo que ir a "consultar a su supervisor" (a pesar de que le explicamos que llevábamos el equipaje de mano prácticamente vacío y podíamos sacar esos tres kilos de la maleta para llevarlos en la mochila, que nadie pesa... A nadie creo que se le escapa que el peso total transportado en el avión es el mismo de cualquier modo... ni que los Supernenes, entre los dos, no llegan al peso de una persona tipo). Reconozco que no estuve muy amable con aquella mujer, pero es que la estupidez me puede...

Y francamente, creo que de tanto mirarnos el ombligo, nos estamos volviendo una generación de estúpidos...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo en casa, colgado de la pared, una hojita verde, hábilmente sustraída en un vuelo París-Denver, del "visa waiver" de los EEUU, donde se dice eso mismo que comentas y mucho más. La escanearé y la pondré en mi blog... ;)

Y, mi idea al respecto de la paranoia terrorista, sabes que es bastante gore. Los políticos saben que el miedo es un factor de cohesión social imprescindible, sobre todo en tiempo de crisis...

SuperWoman dijo...

Que la ponga, que la pooonga... Fuera de bromas, sé de lo que son capaces, a mi compi de despacho que viajaba a menudo con imanes en la maleta, le preguntaban si se olvidaba de declararlos al embarcar que si conocía a Bin Laden...

Por cierto, las teorías de la conspiración inteligentes, hermano, cada vez me las creo más.

Un supersaludo

Cris dijo...

Puff lo de los aviones cada vez peor. Sabes que todas las companyias tienen falta de encontrar inyecciones de dinero y los dos kilitos que toda la vida te pasaban ahora ahí mismo te sacan un ojo y un rinyón. Y lo del agua, bueno, yo también estoy convencida de que lo hacen para cobrarte la botellita en el avión. Otra manera de chuparte la sangre. Y ahora con los precios del petroleo peor, buscarán otra manera de cobrar más.

Yo volé varias veces a las USAs y si, te lo preguntan. Bueno de hecho en un control de la aduana una vez me preguntaron: tiene usted planeado atentar contra el presidente de EEUU. Y me tuve que morder la lengua por no decirle: hombre, si se me pone a tiro...

Isa Pe dijo...

Récord de estupidez supina presenciada en un aeropuerto: intentar confiscarme una pluma estilográfica ¡porque dentro había líquido, que puede ser explosivo! La gran batalla: explicar al cancerbero de turno que se podía quitar perfectamente el "explosivo", y no era para nada necesario tirar al container de lo confiscado mi pluma estilográfica favorita. (me costo, vaya, pero lo logré)

En ningún momento se paró el buen hombre a pensar en el potencial daño que puede causar algo tan poco líquido como el plumín, que sí es un arma (y yo debo ser tan gore como tú)...

Sobre el papel, lo mejor que he visto es una indicación en los aeropuertos irlandeses de lo que NO se ha de embarcar en los aviones: a saber, "tijeras, cuchillos, CATAPULTAS!!!" . Por si las dudas, incluyen hasta el dibujito de la catapulta...una lástima, yo hasta entonces iba con la mía a todas partes ;)

Ah, ¿qué sería de los viajes sin estas pequeñas anécdotas?

SuperWoman dijo...

Hombre, Cris, si resulta que el presidente en cuestión era Bush, bastaba con darle una galletita de chocolate y ya hacía el trabajo duro él sólo...

Isabel, no te fíes, mi Supersuegro nos trajo unos bonitos tirachinas tamaño King Size a Dublin ("recuerdo de la Costa de la Luz" ponían) y creo que las llevaba en el equipaje de mano, pero claro, eran otros tiempos (no había Supernenes en casa, ni Bin Ladens en nuestras paranoias).

Un supersaludo

Anónimo dijo...

Yo también doy fe de que te preguntan al entrar en EEUU... La "poker face" que se te queda cuando ten encuentras la pregunta de si llevas bombar o si piensas atentar contra el presidente no tiene desperdicio... Eso es confiar mucho en la sinceridad de las personas...

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