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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

sábado, diciembre 06, 2008

Masoca sí, suicida no

Soy muy mala enferma. Creo que por eso pocas veces me pongo seriamente enferma... no, no me refiero a esos pequeños achaques como la alergia, la tos y los mocos que fastidian un poco, pero al fin y al cabo ocurren en las mejores familias. Me refiero a que tengo que verme prácticamente a las puertas del delirio para echar el freno y guardar cama (y aún así, me cuesta). Y a Superman le cuesta todavía más, menos mal que él es casi inmune a los virus (en diez años que vivimos juntos sólo le he conocido tres bajas laborales y una de ellas ha sido por mala postura). Yo he caído un poco más a menudo, pero puede que tenga sus razones lógicas. Y los Supernenes lo mismo. Hace cinco años que campan por casa... toses y mocos están a la orden del día, pero lo peor que hemos pasado ha sido la varicela y una única vez, ha habido que darle antibiótico al pequeño.

Creo que existe algo más que una relación de causa y efecto entre el hecho de que los malos enfermos nos enfermemos menos. En parte, está el ámbito temperamental y genético: solemos venir de una familia de tan malos enfermos como nosotros (yo he visto a mi Supermadre intentar salir de casa con 39 de fiebre mientras mi Superpadre la detenía en el recibidor, poniéndola de loca para arriba... creedme, esas son cosas que no se olvidan); aprendemos desde pequeñitos a desdeñar todo tipo de pastillitas y remedios milagrosos: primero las cosas se curan con paciencia y hierbitas. Y si así no funciona, aspirina... Si va a más, pues siempre hay tiempo de buscar un médico; y por supuesto, no hay dolor... el dolor empieza en el punto en que uno no puede abrir el botiquín para encontrar la aspirina. Hasta entonces es un poco de malestar, soportable e incluso necesario para que el cuerpo se curta en esas lides (y eso os lo digo yo, pequeños, que puedo presumir toda chula de haber parido un niño sin epi, cosa que a los hombres les suele dejar blancos y a las mujeres las divide entre la envidia y el "tonta-que-eres-por-no-usarla"... que no deja de ser otra forma solapada de envidia).



Cuando eres de mi plumaje, prefieres no visitar al médico. Porque a no ser que tu médico te conozca, cada visita al médico es evitar el caer en la tentación. Porque muchos no son así, pero siempre está aquel que te dice eso de: "Mira, no te veo nada, pero te voy a mandar unas pastillitas para x, que te lo veo y" (siendo "x" normalmente la tensión, el colésterol o cualquier otro problema menor e "y" alto, descompensado, bajo... o cualquier otro palabro que suene suficientemente amenazador). Normalmente me niego con buenas palabras y con la promesa de intentar compensarlo todo primero a través de la dieta mediterránea y el ejercicio. Tengo eso sí, como os he dicho, mi dosis de remedios blandos que sé que funcionan para los casos desesperados: paracetamol, ibuprofeno y un par de remedios herbales encontrados en la farmacopéa alemana y que valen su peso en platino. Pero me va bien con esos pequeños remedios.

Pero por supuesto, soy masoca, pero no suicida. Por eso me repatéa que siempre los médicos me comenten lo de tener que tomar antibiótico como quién convence a un niño de cinco años de la necesidad de comerse el brócoli para aprovechar las vitaminas que tiene. Sé perfectamente lo que implican unas placas de pus en la garganta (por cierto, no os lo había contado, los casi 40 grados del otro día eran anginas). Una infección con bacterias. Y a las bacterias sólo se las mata con un ciclo de antibiótico. Completo. Porque si no lo completas pasan las cosas que pasan después.

Pero sobre todo, como os decía antes, creo en el poder preventivo de la risa... Las cuatro o cinco infecciones fuertes que ha conocido este cuerpo desde que me fuí de casa de mis Superpadres, siempre han coincidido con periódos de estrés laboral inmoderado y una sensación de frustración y autoestima baja hasta los suelos a costa de algún tema pendiente. La baja que le he conocido a Superman, coincide en el patrón (generalmente he de decir que él, es más feliz que yo... los motivos me los callo).

Supergirl ha venido a regañarme por no estar debidamente tumbada, descansando. Es lo peor de tener tres enfermeros, que siempre hay uno que te pilla haciendo lo que no debes. El primer post recuperada, será glorioso.


PS: Menos mal que puse al principio del post que SM era "casi" invulnerable a los microbios... porque ha caído esta mañana él también... A ver, que salga el gracioso que nos ha puesto la kryptonita en el fregadero...

4 comentarios:

Cris dijo...

Yo pienso igual que tu, primero intentar otras cosas ántes de lanzarme al médico y embotarme a medicamentos. Los catarros siempre se me han ido muy rápido con la milagrosa cura de llegar a casa y no hacer nada, hacerme un termo grande de te, buscar la manta de lana y una película y luego dormir las horas que pueda. Y mano de santo. Muchas veces las enfermedades de ese tipo (infecciones, catarros, gripes, etc) vienen de un sistema inmunológico un pelín bajo y es una senyal del cuerpo de que paremos. Que algo no le está sentando bien: quizás mucho estrés, quizás el no dormir y no darle al cuerpo un momento de recuperación, a veces una situación laborable inestables o negativa que nos oprime por horas, quizás un momento en tu vida donde no estás del todo feliz. El cuerpo manda una senyal de alarma para que te pares un momento. Asique yo eso es lo que hago, paro me tomo líquidos y me pongo a pensar en qué puedo mejorar en mi vida en ese momento y duermo (aunque ahora con el bebé nada de nada de dormir, pero fíjate que no me puse enferma hasta ahora). Asique puede que las anginas te estén gritando: SW párate un segundo y mira a tu alrededor, hay algo que no está del todo en su sitio, búscalo, ordénalo y no te molestaremos más en otros cuantos anyos :-)

Anónimo dijo...

Pues otra que se une al club. Es rarísimo que tome medicamentos, lo suelo arreglar todo a base de reposo, miel, cítricos y leche caliente en diferentes combinaciones.

También es verdad que, afortunadamente, enfermo poco. Ya de niña mi madre siempre contaba que jamás perdí un día de clase.

Pero a veces es bueno echar el freno, dejarse mimar y aprovechar para ver alguna buena serie en televisión bien tapada con una manta.

Anónimo dijo...

Dicen que los peores enfermos son (a) los médicos, (b) los militares y (c) los curas... Y, en cambio, las superwomen tienen fama de buenas enfermas, es decir (a) son prácticas y (b) no son quejicas... No sé. :P

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con todas las SW del mundo en cuanto al mal uso y al abuso que se hace de la mayoría de medicamentos. Sin olvidar que algunos de ellos nos salvan la vida, lo mejor es llevar una vida sana, una alimentación variada (con abundantes cítricos) y prescindir de los demás. Y que mejores pronto, SuperWoman.

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