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Sigo instalada en los "taitantos" y los abuelos siguen a hacer puñetas de aqui... Pero al menos el marido parece haber sentado el trasero, duermo algo por las noches y mi carrera laboral empieza a parecerse a algo. Lo que sigue siendo interesante es mi red de apoyo variopinta, internacional y virtual y las aventuras de la Superfamilia espero... Pasa y acomodate.

domingo, septiembre 05, 2010

El vuelo a Berlin es en la otra puerta...

La verdad es que lo que tiene viajar en avión es que será todo lo rápido que se quiera, pero del viaje siempre te traes alguna anecdota (alguna de ellas de éstas de no contar en público).

Hombre, las más de las veces la cosa se solventa con un "pequeño retraso". Las companías aéreas suelen tener imaginativos medios de conseguir que la gracia no sobrepase en el papel más de dos horas (porque me parece que a partir de ahí tienen que pagarte el bocadillo) como meterte en el avión y llevarte a conocer medio aeropuerto o mosquearte metiendote en la zona de embarque y comprobando los billetes sin que llegue a presentarse el avión. De todas maneras, hay momentos en que no pueden evitar tener que pagarte el sandwich... si eres capaz de reconocer tu vuelo, claro...



Y conste que pienso que no todo el mundo tiene por qué conocer la lengua de Shakespeare, eh, pero es que no dar ni una letra, cuando las pantallas de anuncios del aeropuerto están a dos metros del restaurante me parece irse al otro extremo.

Por no hablar de que con niños, siempre tiene uno historias que contar. El último vuelo que hicimos desde la Aldeíta hacía escala en un aeropuerto alemán para llegar a Madrid. SB se hace amigo de otro rubio con pinta de travieso, como él, sólo que del tamaño aproximado de SG. Los dos se persiguen, corren por la sala de estar, se lo están pasando bomba... De repente se me acerca mi hijo: ¿Mamá, nosotros vamos a España? Sí hijo, a España... El peque se retira con cara de pocos amigos y yo me pregunto que qué mosca le habrá picado. Le veo conversar con el otro niño y volver hacia mí. Al minuto, el otro rubio sale detrás de él, gritando para delicia de la media sala de espera que lo entendió: "Que sí, que vamos juntos, que España es la capital de Madriiiiiiid". Si todos tuvieramos semejante actitud ante la vida, se acababan los nacionalismos.

Y si no, siempre te queda descubrir las múltiples ideas de negocio que surgen en los aeropuertos. Encontrado el otro día en el de Berlín-Schönefeld:


Lo flipo. ¿De verdad la gente se dedica a estos menesteres en los aeropuertos o es que el famoso "Mille High Club" tiene muchos más miembros de lo que se dice.

En fin, que en realidad, la del domingo hubiera sido dentro de lo que cabe una anécdota graciosa y no demasiado fuera de tiesto, de no habernos pillado en un viaje relámpago a España en el que volvíamos ya relativamente tarde y con pocas ganas de jarana.

Pregunté mientras dejábamos las maletas si el avión llevaba retraso (porque siempre hay que dosificar el entretenimiento de los Supernenes en ese caso). Contestaron que no, pero claro, nada más pasar el control de equipajes ya nos topamos con la señalita de que el vuelo llega al menos con media hora de retraso, lo que significa también retraso llegando a Berlín y llegar a la Aldeíta a... bueno, mejor no pensarlo. Para compensar, veo que la puerta de embarque pilla justo al lado de las magníficas instalaciones infantiles que hay en el aeropuerto de Barajas (a lo bueno que tenemos, hay que hacerle propaganda) así que me digo que por lo menos la hora que nos tenemos que tragar de espera hasta el embarque será entretenida. Pero nos topamos con el cartel que anuncia que a partir de las 20:00 horas el recinto está cerrado... Menos mal que quedaban diez minutos para pegar un par de carreras porque si no creo que hubieramos vivido un cataclismo (emocional, eso sí). Y que SM entretuvo la hora restante con una pelota fabricada del papel de plata que envolvía los bocadillos.

Media hora antes de que apareciera nadie, ya había gente haciendo cola delante del mostrador. Nosotros tenemos la suerte de tener embarque especial, por los niños, hasta que el peque cumpla seis años (privilegio que yo comprendo, sería mucho peor que alguien tuviera que aguantar a los supernenes tocando la marimba durante las tres horas de vuelo). Cuando anuncian por fin el embarque y las colas llegaron a su punto álgido, de repente cambian la pantalla encima de nuestras cabezas. Yo que estoy en primera fila, se lo comunico a los dos que se supone que hacían el embarque...

Pues nada, venga, que vayamos para la otra puerta... Por supuesto, el personal, "desbocaó". Carreras, gritos, empujones. Nosotros con toda la calma unos metros por detrás, vemos como la nube de gente que salía desde nuestra puerta se estampa contra otra nube de gente que corría hacia ella... Creo que más o menos eso es lo que tiene que estar pasando en el sincrotrón gigante de Suiza, pero con partículas mucho más pequeñas. Llegamos a la otra puerta con un pequeño retraso con respecto al grueso del pelotón... para comprobar que en ella no anuncian nuestro vuelo, sino uno hacia Hungría. Todavía con más retraso, llegan los dos chicos que se supone que se ocupaban de nuestro embarque: un minuto de intercambio de pareceres con sus compañeros y consulta a la computadora más tarde, nos anuncian por megafonía que la puerta de salida era la anterior. Vuelta a cruzarnos con los pobres pasajeros de Budapest, aquello ya parecía una "flashmob" patrocinada por Aena...



Para terminar de arreglarla, el mozo que volvió a dar la información por megafonía desde nuestra puerta de salida, se volvió a equivocar de número de puerta en inglés. Y yo que ya no estaba para pasar una (pues sólo faltaba que nos retrasasen más el vuelo porque uno de los de Hungría se nos colase) se lo advertí para que pusiera remedio...

Sí, claro, volar es un placer... cuando se hace en primera y uno puede usar los privilegios de la "bussiness lounge". Con el bajo coste, yo al menos me siento más como una borrega.

8 comentarios:

PMM dijo...

Pues ya somos dos. Y aunque me ha hecho gracia leer esta entrada, vivirla ya es otra cosa.
Biquiños.

Titajú dijo...

¿Volar es un placer? El airbus que nos trajo de Londres a Madrid hace 20 días, tenía mucho de bus y poco de air. Primero por el ruido infernal de los motores, que parecía que no tenían silenciador, y segundo por el olor a quemado. El chico que venía a mi lado estuvo todo el camino rezando. cuando le pregunté si era sacerdote (tendría 25 años, más o menos) me dijo que no, que tenía miedo. Pánico tenía yo, y la madrina de Raquel ni te cuento, que iba en otra fila. Cuando llegamos a Madrid, nos abrazamos. Ninguna de las dos creía que viviría para contarlo.
Horrible, ha sido horrible.

Anónimo dijo...

Si ultimamente barajas parece una fiesta, los vuelos que he tenido que coger alicante madrid este verano siempre con retraso. Ayer que si se habian quedado en Barajas solo con una pista de aterrizaje y esta mañana igual con el despegue... yo no se que pasa nunca saldo en hora, y siempre la culta la tienen los del aeropuerto al que voy que generalmente es barajas. Por no mencionar lo que tarda en salir una maleta en la T4 en comparación con las otras terminales. Yo no lo entiendo. Y unos de los ultimos vuelos que cogi a lisboa como dice Titaju, la gente rezando o arrancando los sillones del panico que se vivió. Esto es de verguenza, pero asi estamos por lo menos este verano.
Un superbeso para la SuperFamilia

Niña hechicera dijo...

Volviendo de Irlanda,hace ya unos cuantos años,la primera vez que viajaba allí,el vuelo hacía escala en Barcelona y de ahí se supone que cogía uno para Asturias...total que en Barcelona cogí por error un enlace para Madrid y ,cuando me percaté una vez allí, estaba en las salidas internacionales a punto de pasar el control de un vuelo para Río de Janeiro...y hablo totalmente en serio...

Mis maletas llegaron a casa dos horas antes que yo y todo esto con una sóla tarjeta de embarque.
:)

Manuel Márquez dijo...

A veces, por lo que leo, compa Superwoman, la condición de "catetorro pueblerino", que no viaja nunca en avión, tiene también, como casi todo en esta vida, sus compensaciones... Eso sí, apuntaré en el apartado de los inconvenientes lo de no poder disponer de esos fantásticos "dispositivos" de la maquinita que muestras en la foto. Y es que ya lo dice el dicho; ha de haber gente "pa tó"...

Un fuerte abrazo y hasta pronto.

SuperWoman dijo...

Lo dicho, Rose, aventuras las hay pa tó en esto del mundo del vuelo... yo he tenido suerte de tener vuelos siempre muy tranquilos, Jú y anónimo... todo lo más un par de baches aéreos y un aterrizaje a contrapelo... porque sino, con mi galopante fobia a volar, creo que no hubiera sido capaz de repetir.

Y Manuel, seguro que los dispositivos se encuentran con un poco de arte en internet, pero vamos, asustan con ver el dibujo únicamente...
Un supersaludo

Papalobo dijo...

Lo siento pero no he podido evitar reirme. Yo creo que si al cruce de puertas, con la gente de un lado a otro, le pones la musiquita del Sow de Benny Hill es pa morirse!!!

JC dijo...

Hola,

llevo un buen rato leyendo tus posts y éste me ha llegado al alma porque después de muchos años fuera, me suenan estas historias. Pero también recuerdo cuando para volar de Londres a Madrid prácticamente sólo se podía hacer con Iberia o BA, o luego lo mismo en Berlín con Iberia y Lufthansa, y como aprovechaban con los precios. Ahora con easyJet volamos toda la familia ida y vuelta con lo que valía un billete de aquéllos, por no hablar de los billetes comprados el día de antes cuando suena el teléfono para una mala noticia.

En fin, saludos y te añado al reader.

Juan Carlos

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